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¿Hay un boomdel cine chileno?
Sí. Yo siento que hay un boom desde
hace un par de años, con películas que
han ganado premios y que siempre están
en festivales importantes. Todos los años
hay películas chilenas en el Festival deVe-
necia, en Berlín o en Cannes. Eso habla de
la calidad de las películas. Haciendo 15 ó
20 cada año, hay 3 ó 4 súper buenas, que
van afuera y tienen recorridos importan-
tes. Eso habla de un porcentaje importan-
te de buenas películas.
¿Qué falta?
Creo que falta más cantidad de pelícu-
las. Siento que falta tiempo, crear más in-
dustria, que haya más gente trabajando,
que haya un cambio también en el Estado
de seguir aportando. Los recursos se han
mantenido, pero la cantidad de talento
o de gente haciendo cine es mucho ma-
yor… El cine depende mucho del Estado y
de la televisión pública. Por ejemplo, “La
Memoria del Agua” es coproducida por la
televisión pública española, francesa y
alemana. Y está TVN también.
¿Qué significado le atribuyes tú al Oscar de
“Historia de unOso”?
Yo estoy muy lejano de la animación
y tampoco podría dar una opinión tan
clara. Pero siento que es un premio al
esfuerzo, al trabajo de una productora
interesante, de un director, un productor
y un equipo de trabajo tremendo. Ahí se
demuestra que con una gran película se
puede llegar a cualquier lado.
Para un cineasta, ¿el Oscar es como una ambi-
ción?
Para mí, lo que pasa después con la pe-
lícula lo tomo como un regalo. Lo más
importante es hacer una buena película.
Ya después ganarse en Goya o un Oscar,
tiene que ver con algo que para mí es un
regalo. Si uno lo empieza a pensar desde
el inicio, me resulta muy difícil.
Matías Bize confiesa que “La Memoria del
Agua” es a la que le tiene más cariño de
todas sus películas. Pero sabe que tiene
que seguir adelante. Después de cinco
años, debe empezar a trabajar en una
nueva idea. Todavía no revela en qué está
pensando, pero tiene claro que cada nuevo
proyecto es personal.
“Quiero hacer una película mejor que la
anterior. Cuando empiezo a hacer una
película, me miro hacia adentro y digo
‘bueno, de qué quiero hablar ahora. Cuál
es el tema que me interesa’. Y así surge. No
pienso en la cantidad de espectadores que
voy a tener, qué premio voy a ganar, a qué
festival quiero ir o qué va a decir la crítica.
Es mucho más personal. Se trata de cuál
es la historia que me apasiona o me está
dando vueltas”, confiesa.
¿Cómo definirías tu cine?
Es un cine muy personal, que habla de
historias de pareja, de historias comunes
que nos pueden pasar a todos, que lo que
busca es entretener pero, sobre todo, emo-
cionar y dejar una huella en el espectador.
Que la película permanezca, que ojalá haya
una reflexión y que esa película habite en el
espectador después.
¿Qué balance haces de tu carrera?
Estoy muy orgulloso de lo que he hecho.
Me siento un estudiante de cine todavía.
Siento que estoy aprendiendo con cada
película, que voy creciendo. Creo que cada
película que hecho es mejor que la anterior.
Eso me llena de orgullo y me dan ganas
de seguir haciendo más. Hago películas
porque lo paso bien y aprendo. Disfruto
muchísimo la recompensa.