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ualquier búsqueda, reseña o recuento que tenga que
ver con los autos más bellos e influyentes de la histo-
ria o de una determinada época, tendrá en el cabezal de
sus resultados a un coupé. No hablamos de un formato
más, sino de uno que representa un imperativo estilístico para
la industria del motor, que ha visto en la esencia de esta horma
su elemento y sustancia elemental: el carácter.
Corría 1954 cuando los diseñadores alemanes Friedrich Gei-
ger y Walter Hacker lograron poner el Mercedes-Benz 300 SL
Gullwing ante los ojos del mundo en el Salón Internacional de
Nueva York, cuyo impacto inmediato tuvo que ver con sus alas
de gaviota y una silueta única. La creación había tomado partes
del elegante 300 para reacomodarlas en un auto con un chasis
totalmente nuevo y ligero. La misión de la tarea apuntó origi-
nalmente a las carreras de Fórmula 1, pero mucho más allá de
tales propósitos, el modelo sacó chapa de inmortal, de referen-
cia para marcar todo lo que vendría hasta la actualidad. Porque
coupé, qué duda cabe, es sinónimo de emoción.
Tras la irrupción del 300 SL, la década del sesenta estuvo pro-
tagonizada por la tendencia de los fabricantes europeos y nor-
teamericanos en apostar por los coupés para sus momentos de
gala, de belleza deportiva y exclusividad. Muchos de estos mo-
delos ganaron concursos estéticos, corrieron en las más afama-
das competencias del Viejo Continente y llevaron a sus marcas
algún trofeo imperecedero.
Bajos de altura, con silueta demarcados rasgos curvilíneos, mo-
tores potentes, frontales expresivos y dos puertas, los coupés han
maravillado a los automovilistas durante sesenta años. Y si bien
en la actualidad encontramos modelos de cuatro accesos, sus lí-
neas emotivas siguen definiendo a este formato tan especial.
Hace cuatro años, los investigadores de la canadiense Escuela
de Negocios John Molson, de la Universidad Concordia en Que-
bec, probaron con 39 voluntarios (todos hombres) dar una vuelta
por las calles de Montreal en un coupé deportivo europeo de lujo
de 150 mil dólares. Luego se los llevó a conducir un sedán de una
marca japonesa con 16 años de antigüedad. En cada ocasión a los
examinados se les midió el nivel de testosterona, que fue más
alto cuando condujeron el dos puertas que en el momento en
que se pusieron tras el volante del vehículo asiático.
El nexo y mensaje de estrellas masculinas del cine con autos
de estas características es rotundo: son conquistadores, apues-
tos, héroes. Dos investigaciones hechas por universidades esta-
dounidenses (Rice de Texas y la Universidad de Minnesota) en
un universo de mil mujeres, revelaron que los autos cumplen
la misma función que las plumas de un pavo real. Concluyeron
que ellas se sentían más atraídas por un hombre que escogía
comprar un auto lujoso y llamativo, como un deportivo de dos
puertas, como antesala de una aventura sin compromisos.
Con todo, las empresas de automóviles no recurren a un coupé
para sumar mayor volumen de ventas. La jugada por estos coches
esmenos inmediata peromuchomás potente: en definitiva, cons-
tituyen imagen de marca. Según cifras de la Asociación Nacional
Automotriz de Chile A.G. (ANAC), ningún coupé asoma entre los
20 modelos más vendidos del último decenio. Sin embargo, llega-
da la hora de la diversión, el marketing y la publicidad, las cosas
cambian y estosmodelos adquieren un peso notorio.
VANGUARDIA
CON CARÁCTER Y EMOCIÓN
TEXTO
::
ALEXIS CARES
::
FOTOS
::
DAIMLER
Su presencia y aporte a la imagen de marca resulta tan decisiva como clave para el éxito de
todo fabricante que luzca una historia de peso, alta performance y especialización en la esfera
del lujo. La historia del coupé es casi una leyenda, donde la adrenalina y la belleza en el diseño
han desempeñado un rol fundamental. A lo largo de su historia, Mercedes-Benz ha liderado
el relato de las “dos puertas” y sus líneas inmortales.
MERCEDES-BENZ COUPÉ
REPORTAJE