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JORGE VELASCO
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FOTOS
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ÁLVARO DE LA FUENTE
Matías Bize está de gira: por España, Italia y por todos aquellos lugares que quieran
ver “La Memoria del Agua”, su último y aclamado largometraje. Pero, más allá de las
luces y del espectáculo, lo que le importa a este cineasta es contar buenas historias que
emocionen a la gente.
LA HUELLA DE UN HACEDOR DE HISTORIAS
B
MATÍAS BIZE
T
iene 5 largometrajes y lleva
una destacada trayectoria
cinematográfica de 13 años,
que ha sido distinguida con
decenas de galardones. El
más importante, quizás, es el Premio
Goya a la mejor película hispanoamerica-
na por “La Vida de los Peces”, entregado
en 2011. Pero Matías Bize se lo toma con
calma y agradecimiento. “Son premios
súper importantes. Están para siempre y
ayudan muchísimo a la carrera, pero lo
que más me queda es que alguien diga
que lo conmueve o que se siente refleja-
do por la historia de una de mis pelícu-
las”, dice.
No le ha faltado el apoyo para llevar a
cabo sus proyectos. Es lo que sucedió
con su último largometraje, “La Memoria
del Agua” (2015), una coproducción entre
Chile, España, Argentina yAlemania. Gra-
cias a premios como el Goya, a una sólida
carrera y al trabajo del productor Adrián
Solar, Matías Bize pudo desarrollar la
película con calma. De hecho, este largo-
metraje, que trata sobre cómo una pareja
sobrelleva la muerte de su hijo, demoró
tres años en la escritura del guión junto a
Julio Rojas y cinco en su realización total.
Protagonizada por Benjamín Vicuña y
Elena Anaya, actriz española que trabajó
con Pedro Almodóvar, fue la única cinta
chilena que se exhibió en la 72ª edición