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Prácticamente todos los objetos de nues-
tro día a día han sufrido transformaciones
extraordinarias en la última década. Al te-
léfono lo seguimos nombrando igual, pero
poco y nada se parece a la invención de
Alexander Graham Bell y cada día lo usa-
mos menos para su función original. Hasta
el dinero en efectivo está desapareciendo
rápidamente, siendo reemplazado por tran-
sacciones totalmente digitales.
Tenemos el privilegio de estar viviendo
en la era más extraordinaria de innovación
y avance tecnológico. En paralelo también
está creciendo rápidamente la migración
hacia centros urbanos, en especial en los
países en desarrollo. Sumado a eso, el pro-
greso económico ha permitido que cada vez
más personas puedan acceder a los benefi-
cios únicos del transporte en automóvil.
Esta combinación de factores trae desafíos
inéditos que requieren formas radicales de
pensamiento para resolverlos. Por suerte,
es la propia tecnología y su veloz avance la
que nos trae soluciones extraordinarias.
Una de ellas es lo que algunos llamamos la
economía colaborativa, un modelo que nos
permite compartir en forma eficiente los re-
cursos limitados.
No sólo soy fanático de la tecnología, sino
también de los automóviles. Junto con ello,
cada vez me hacía más sentido el modelo de
autos compartidos o “car sharing”, que es-
taba empezando a aplicarse en algunas ciu-
dades del mundo. Así que cuando supe que
el Grupo Kaufmann se estaba preparando
para estrenar este sistema en nuestro país,
de inmediato quise sumarme al proyecto.
En julio deeste año, lanzamos Awto
(www.awto.cl), el primer servicio de vehícu-
los compartidos de Chile. Bajo este forma-
to, pagas una baja membresía mensual que
te permite acceder a una flota de automó-
viles repartidos por la ciudad, que puedes
reservar al instante y activar desde tu celu-
lar para luego pagar sólo los minutos que
efectivamente utilizaste. Te puedes olvidar
del costo de bencina, seguro, revisión técni-
ca, permiso de circulación, cuota del auto o
TAG; todo eso está incluido.
No sólo estás accediendo a una forma más
eficiente de utilizar un automóvil, con to-
dos los beneficios y ninguno de sus contra-
tiempos, sino que además estás accediendo
a una flota diversa, donde podrás elegir un
auto compacto, híbrido, eléctrico, utilitario
o hasta de lujo, según la necesidad que ten-
gas en el momento.
Modelos de uso como éste ya están fun-
cionando en más de 600 ciudades en todo
el mundo, donde han demostrado que cada
auto compartido que se inyecta al sistema
“Awto” ayuda a retirar entre 10 y 15 autos
particulares en circulación. Eso significa que
sólo con nuestra flota inicial de 50 vehículos
ya estamos ayudando a extraer hasta 750 au-
tomóviles particulares del tránsito, y todos
los meses estamos ampliando nuestra flota
para seguir aumentando estos beneficios.
Esto nos permite sumar una alternativa
más a los diversos métodos de transporte
que existen en la ciudad, cada uno con sus
propias ventajas, pero reduciendo la con-
gestión y contaminación que generalmente
se asocia a tener cada vez más conductores.
No me cabe duda que este nuevo modelo,
donde los autos se convierten en un servi-
cio y no son sólo un producto, será el futuro
de los automóviles para la mayoría.
EL AUTOMÓVIL
COMO UN SERVICIO
POR
::
LEO PRIETO
Es uno de los pioneros de la industria de internet en Chile y miembro del directorio de Awto.
ILUSTRACIÓN
::
MATHIAS SEINFIELD
Con Awto, el sistema de car sharing que se estrenó recientemente en Chile, los autos
pasan a ser parte de la solución, y no del problema, del alto tránsito vehicular de las
ciudades del país.
COLUMNA