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S
on miles los camioneros en Chile
que nos sentimos orgullosos de
nuestro oficio que, más que traba-
jo, es un estilo de vida con costumbres
propias. Se trata de una forma de vivir
marcada por una envidiable indepen-
dencia, tanto en la ruta como a la hora
de elegir al generador de carga con el
que se trabajará.
Los camiones son un negocio típica-
mente familiar. La gran mayoría de las
empresas lo son o empezaron de esa
forma. En el caso de las más pequeñas,
estamos ante la esencia del ser camio-
nero, que maneja su propio camión o lo
hacen sus hijos, mientras la señora lle-
va la administración. Hablamos de una
vida muy esforzada, que requiere gran
emprendimiento personal, sin fines de
semana, con ciclos buenos y malos de
la actividad. Pero, al mismo tiempo, es
fuente de movilidad social y laboral.
Hay muchos empresarios de grandes
flotas que en sus inicios fueron choferes
y pudieron adquirir su primer camión.
Ser camionero es una pasión que se
va transmitiendo por generaciones, que
se ha iniciado con los abuelos y que
perdura durante años. En este rubro, las
mujeres tienen un rol muy relevante,
ya que en la actualidad han asumido la
función de conductor, que va más allá
de la sola administración.
Si bien nos encontramos con un muy
buen nivel de profesionales en Chi-
le, el desarrollo tecnológico nos obliga
a seguir capacitándonos, con el obje-
to de demostrar que somos capaces de
transportar el 94% de la carga a los di-
ferentes puntos de nuestro país. Fren-
te a lo anterior, se hace imprescindible
que la vocación de los dirigentes loca-
les, regionales y nacionales de nues-
tro gremio apoyen en forma especial a
los asociados pequeños y medianos en
los conceptos de carga limpia, eficien-
cia energética, cuidados por la vida, el
medioambiente y la seguridad. Para lo-
grarlo debe existir la unión gremial, una
verdadera asociatividad y la inclusión,
factores claves para poder avanzar en el
fortalecimiento gremial y la profesiona-
lización de la actividad.
Del mismo modo, se debe avanzar en
la instauración de escuelas de conduc-
tores profesionales al alero de institu-
ciones académicas acreditadas, al me-
nos en cada región del país. Asimismo,
es prioritario promover la creación del
Registro Nacional del Transporte de
Carga, que se establezca en una Ley del
Transporte. No es posible que, de acuer-
do a la normativa, cualquier persona
natural o jurídica ingrese a esta activi-
dad, comprando camiones e inmediata-
mente ingresando al sector, sin cumplir
requisito alguno.
Otros de los grandes y graves pro-
blemas que aquejan a nuestros con-
ductores, es que tienen largos tiempos
de espera en los principales puertos y
centros de carga, extendidas distancias
de conducción para llegar a los destinos
de la carga del país, falta de áreas de re-
poso adecuadas para que cumplan sus
jomadas de descanso y pernocten du-
rante los recorridos más largos. Por ello,
es que se han realizado una serie de
acciones destinadas a activar la imple-
mentación de nuevas áreas de descanso
en las carreteras.
En Chile los camioneros representa-
mos una fuerza de trabajo potente. Sin
embargo, hay algunas zonas del país
como las regiones del Biobío, Araucanía
y Los Ríos, donde nos encontramos con
tremendos problemas de inseguridad
para transitar por las diferentes rutas,
donde ningún Gobierno desde el año
1997 a la fecha, ha podido hacer res-
petar el Estado de Derecho. Las conse-
cuencias las hemos pagado los camio-
neros con 207 camiones quemados por
los grupos terroristas que están actuan-
do en dichas regiones.
Pese a las difíciles circunstancias que
hoy enfrentamos, ser “CAMIONERO”, es
un estilo de vida que solo los verdade-
ros “CAMIONEROS” podemos asumir.
Orgullosode ser Camionero
José Villagrán |
Vicepresidente CNTC.
columna