Una sinfonía visual, un placer de performance y una
forma exterior que provoca los sentidos al verlo pa-
sar. El nuevo GLC Coupé desencadena tales sensa-
ciones, porque combina con el acierto, sello y oficio
de su fabricante la simbiosis de un SUV atlético y las
elegantes líneas de un sedán. Todo esto queda de
manifiesto cuando se aprecia aquella notoria caída
de su trazo hacia la parte posterior, rasgo que lo
viste con clase dentro de la naciente categoría de
los CUV (Coupé Activity Vehicle).
El GLC Coupé es de aquellos autos audaces, gra-
cias a un diseño distintivo, como el que le entrega
la parrilla con terminación de diamante y una barra
cromada, el capó y los voladizos traseros más
largos. De hecho, es casi siete centímetros más ex-
tenso que el GLC (4.732 mm.), anota 2.096 milíme-
tros de ancho, pero es unos cuatro centímetros más
bajo, con 1.602 mm., y mantiene unos respetables
145 milímetros de despeje al suelo. Este último
es un dato clave para concebirlo en la más urbana
experiencia premium de conducción o por caminos
que van más allá del asfalto. Destacan, además, los
opcionales Dynamic Body Control, tren de rodaje
mecánico ajustable con tres modos de manejo, y el
Air Body Control, que adecúa la amortiguación de
cada rueda independientemente.
Lujo, seguridad y el confort son pilares que
Mercedes-Benz no transa. Por eso, este auto
posee siete airbags, frenos ABS con servofreno
de emergencia BAS y control de tracción y esta-
bilidad, climatización bizona Thermatic, portón
trasero Easy Pack, sistema de partida Keyless Go,
cámara de retroceso con líneas de guía dinámi-
cas, sistema Parktronic, techo corredizo y luces
LED Intelligent Light System, entre varias otras
características. Es que el GLC Coupé abrocha con
arte, tecnología y audacia la asunción de un nue-
vo modo premium de vivir lo mejor o nada.
La sensualidad de un formato audaz
GLC Coupé