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nclavada en el Océano Pacífi-
co, a 670 kilómetros del con-
tinente, la Isla Robinson Cru -
soe es un destino para todos,
pero al que pocos acceden.
Acantilados,
especies en-
démicas de plantas y animales, un gran
mundo submarino y una cultura propia,
conforman una invitación a vivir una
experiencia de viaje única, que da lugar
tanto a la reflexión como a la aventura.
Es ahí, en la Bahía Pangal, donde se ubica
Crusoe Island Lodge, uno de los principa -
les puntos de llegada para esta particular
travesía y una base de operaciones ideal
para explorar la isla Robinson Crusoe.
Establecido a sólo 5 minutos del pueblo
de San Juan Bautista (fundado en 1750), el
lodge –que forma parte de la cadena Noi
Hotels– está diseñado en madera, con vi -
gas a la vista y grandes ventanales que per-
mitan apreciar una gran panorámica hacia
el océano. Cuenta con 15 exclusivas habi-
taciones con terraza privada y vista al mar,
además de una sala de estar con chimenea
y biblioteca, donde cada noche se proyec-
tan las fotos tomadas durante las activi -
dades del día. El lugar, además, dispone
de una terraza con un fogón y una vista de
180º a la Bahía Cumberland y al poblado.
Los alrededores del lodge están compues-
tos por jardines endémicos, que permiten
conocer la flora y fauna del sector.
“La idea es que los visitantes se sientan
en casa. Son nuestros invitados, estamos
para atenderlos y nos acomodamos a sus
necesidades. El lodge ofrece la oportunidad
de conocer la isla de lamejor manera, en un
ambiente tranquilo que ofrece una estan-
cia mágica”, señala Pía Pablo Fernández,
gerente general de Crusoe Island Lodge.
GASTRONOMÍA
La estadía comienza con un cóctel de
bienvenida que deja listos a los huéspe -
des para sumergirse en la isla. Una vez
arribados o después de una excusión,
la experiencia de viaje puede llevarse
a la relajación extrema gracias al spa.
Ahí es posible disfrutar de una sesión
de masajes de 40 minutos, del calor del
sauna, de un baño en una piscina con
agua de vertiente, o bien de sumergirse
en tinajas de agua caliente temperadas
a leña, mientras se disfruta de una vista
panorámica de la bahía.
Por otro lado, el restaurante, con capa-
cidad para 45 personas, ofrece lo mejor de
la comida isleña, con almuerzo y cena de
tres tiempos, para que los visitantes pue -
dan probar productos de la isla como lan-
gosta, cangrejo dorado, vidriola y pulpo,
todo acompañado de cerveza artesanal
local y de una amplia carta de vinos chile -
nos reserva en perfecto maridaje. “Nues-
tras especialidades son el risoto de pul -
po, los ravioles en tinta de calamar con
queso crema, nueces y salsa de cangrejo,
el chupe de cangrejo dorado, la vidriola a
la menier con berenjena y cuscús, y el pe-
rol de langosta”, señala Pía Pablo.
En caso de haber excursiones, se pue-
de realizar un almuerzo campestre con
productos marinos o asado, todo bien
dispuesto con sillas, mesa y mantel y un
servicio de calidad. El hotel cuenta con
una huerta orgánica, que le permite abas-
tecerse del 80% de las verduras; todos los
pescados provienen de la isla.
Cada noche, los guías del lodge con-
versan con los visitantes para mostrarles
Crusoe Island Lodge está
rodeado de un jardín de
flora endémica. Diseñado
en madera, sus grandes
ventanales permitan
apreciar una panorámica
hacia el océano.